Consumir tabaco es todo un ritual y quienes lo consumen saben la experiencia sensorial que cada paso implica. Sin embargo, para nadie es un secreto que el cigarrillo contiene sustancias que son nocivas para la salud. Pero, a diferencia de lo que muchos creen, la nicotina no es responsable de las enfermedades asociadas al tabaquismo, en gran medida lo son todos los componentes que se liberan en el humo cuando se quema el tabaco.
El trabajo de la ciencia para generar alternativas de menor riesgo en la salud para los fumadores adultos que no quieren renunciar al tabaco es constante. Las mismas empresas tabacaleras han enfocado sus investigaciones en generar productos que reemplacen al cigarrillo y que mantengan una experiencia similar a la que buscan los fumadores adultos.
Una de esas empresas es Philip Morris International (PMI) –líder en ese mercado– que desde hace varios años trabaja en el desarrollo de dispositivos que reemplacen el cigarrillo. La versión más reciente de uno de ellos es IQOS, producto de tabaco calentado que ya se comercializa en más de 52 mercados alrededor del mundo.
Calentado versus quemado
Aunque no parece algo que marque una gran diferencia, lo que hace que IQOS y otros productos por el estilo sean diferentes y revolucionen el mercado es que solamente calientan el tabaco, en lugar de quemarlo. Esto significa que se da una reducción del 95% de los niveles de químicos dañinos que normalmente se encuentran en el humo, cuando se quema el tabaco.
Además, el tabaco calentado produce vapor, en vez de humo, y se despide totalmente de la ceniza. Tampoco tiene ese olor característico que en ocasiones genera algunas reacciones negativas de las personas que interactúan con el fumador adulto.
Funcionamiento de IQOS
El tabaco no desaparece de los dispositivos de tabaco calentado solamente que se presenta en unidades especialmente diseñadas para calentar, en vez de cigarrillos. Estas unidades en el IQOS se denominan HEETS y están rellenas de lámina de tabaco. Se insertan en el dispositivo IQOS y se calientan hasta 350° C y así se evita la combustión.
Para esto, la tecnología necesaria no es poca cosa dado que se debe garantizar una temperatura estable que imposibilite que el tabaco se queme y solo se caliente. Esta tecnología tiene un nombre propio: HeatControl, que monitorea y controla la temperatura de la lámina de calentamiento de los aparatos. Dicha lámina está hecha de cerámica, con platino, oro y plata.
Para lograr todo lo anterior, PMI ha invertido más de 7.2 mil millones de dólares en el desarrollo de sus dispositivos.
Nota: Información proporcionada por ITABSA