Con Air Europa
Emprendemos el vuelo hacia las Islas Canarias, lugar paradisíaco donde los haya. Es un lugar que parece conjugar la belleza de los inmemoriales tiempos en que todo era un todo y la belleza podía contemplarse en su completa pureza. Aunque el mundo haya cambiado y hoy en día pasemos días de cal y otros de arena, hay lugares de veras paradisíacos como las Canarias en la España del Mediterráneo que unen en sus islas, montañas, volcanes, playas, bosques, desiertos, piscinas naturales, aldeas y pueblos de gran encanto, arquitectura que data de hace cientos de años en un archipiélago extraído de una fantasía sobrecogedora.
¿Por cuál de las Canarias empezar? Primero diremos que son ocho islas habitadas frente a la costa noroeste de África junto a varios islotes más pequeños. Todas son peculiares, no se parecen entre una y otra. Es uno de los valores agregados de estas islas de gran maravilla solo comparables a las Galápagos en su impacto, lugar de diversidad geológica y de naturaleza como existen pocos en el mundo.
Entre las más apetecidas se encuentran las islas de El Hierro, La Palma y La Gomera. Pero no se puede minimizar el encanto de ninguna de ellas: Tenerife, el techo de España, Gran Canaria, un pequeño gran continente, Lanzarote, la isla de los volcanes, La Graciosa, un el paraíso en la palma de la mano, La Gomera y sus bosques de fantasía, La Palma, poblada de volcanes y estrellas, El Hierro, una joya por descubrir, Fuerteventura, la isla de las playas paradisíacas. Allá podemos volar con Air Europa en cualquier época del año, con las debidas precacuciones que exige nuestro tiempo y lugar,
En Tenerife, la más grande y poblada, observaremos las impresionantes playas volcánicas del norte y las playas doradas del sur al pie del pico Teide con 3.718 metros de altura. En la Gran Canaria que es un pequeño gran continente, una travesía salvaje llena de paisajes que parecen venusianos, pueblitos pintorescos, una bella capital y costa agrestes. Si de ahí pasamos a Lanzarote, contemplaremos los volcanes, con erupciones que se sucedieron hasta los siglos XVIII y XIX y definieron la orografía del Parque Nacional de Timanfaya en la isla. Es un mar de lava solidificado en tonos oscuros que le confieren un carácter irreal. Podemos pasar a La Graciosa que es una porción de paraíso con su Parque Natural del Archipiélago de Chinijo con tres islas mayores y solo una habitada. Casi inhóspita en su belleza intocada. En La Gomera los bosques de fantasía están a la orden del día frente al Pico de Garajonay de 1.487 metros que saluda un litoral accidentado con playas de arena negra y acantilados. En La Palma de volcanes y estrellas podemos sumergirnos en los bosques de laurisilva, en las cumbres que superan 2 mil metros de altura bajo sus inquietantes nubes. Quienes prefieren la de El Hierro, sugerimos contemplar la batalla interminable entre la roca volcánica y el mar que ha creado piscinas naturales casi psicodélicas. Vemos los volcanes de cien colores, los bosques milenarios de laurisilva y los faros extraviados del fin del mundo. Fuerteventura es una isla con playas como El Cotillo y las Dunas de Corralejo de aguas transparente en tonos verdes y azules intenso, es decir, la maravilla, hasta llegar a las playas salvajes de la Península de Jandía y las del islote de Lobos.
¿Cuándo volaremos a ellas? Mañana, de inmediato, ya. Con Air Europa.