Hoy tenemos a nuestro alcance, cientos de productos y opciones para el cuidado diario de nuestra piel. El conocer la diferencia entre cada uno nos hace más conscientes como consumidores.
Por un lado el mundo del green skincare está en constante evolución y hay que entender todos los términos que lo posicionan como una tendencia para mejorar y cuidar el planeta en lugar de destruirlo. Bajo esta premisa, ¿estamos seguros de que entendemos la diferencia entre lo vegano, lo bio, lo clean y lo natural?
¿Qué significa realmente la cosmética natural?
Para entender mejor la diferencia (vegano, orgánico, limpio y natural), es bueno empezar con «Cuidado de la piel natural», una etiqueta que aparece en varios productos conocidos. Un cosmético natural puede contener todo lo que es de origen vegetal, mineral o animal.
Sin embargo, desafortunadamente, debido a que no existe una regulación precisa de la UE, la FDA o la USDA, el término «natural» no tiene ningún valor legal y las marcas pueden usarlo a su propia discreción. En este caso, la única manera es leer el INCI de un producto para establecer qué ingredientes se han utilizado y en qué porcentajes y evitar, además, pagar en exceso un producto que no tiene nada de natural.
Un cosmético, en cualquier caso, será difícilmente 100% natural (excepto para los aceites y las mantequillas), aunque sólo sea porque es necesario que haya sustancias que unan los distintos ingredientes como emulsionantes y espesantes.
También es necesario evaluar que un cosmético natural no significa que sea mejor para la piel o el medio ambiente. Un ejemplo son los aceites esenciales puros: al ser ingredientes activos muy poderosos, un uso continuo y no regulado en la piel podría causar irritación.
Por otro lado, la cosmética clean es una nueva tendencia procedente de Estados Unidos que se propone como una verdadera filosofía de belleza, que, aunque todavía no tiene una definición precisa, quiere ingredientes y formulaciones que sean «limpios» tanto para la piel como para el planeta.
Es momento de tomarnos un tiempo y analizar los componentes de aquellos insumos que utilizamos de manera diaria en nuestro rostro o piel. Seamos consientes de lo que usamos para conocer sus consecuencias.
Fuente: https://bit.ly/3n3IScm