El elemento clave de los grandes avances científicos es su capacidad para crear una disrupción.
Desde la selección de las semillas, la conservación de los alimentos hasta la forma cómo estos son preparados en un restaurante, todo está dado por procesos, métodos y técnicas que buscan optimizar su uso.
Varios han sido las ideas y conceptos que buscan revolucionar una industria que no puede parar ni un día.
Una de ellas se relaciona directamente con el cultivo. Esta es la Agricultura Abierta, propuesta de MIT Media Lab, que consiste en desarrollar plataformas de agricultura en un entorno controlado llamadas computadoras de alimentos.
¿En qué consiste?
En un espacio cerrado estas plataformas sin necesidad de usar el suelo, sino a través del empleo de técnicas como la hidroponía y aeroponia, facilitan el crecimiento de cultivos.
La computadora de alimentos monitorea el crecimiento, los programas determinan cuando se requiere luz o agua, así como el momento ideal para cultivar y el producto tiene su mayor riqueza nutricional.
Para lograrlo, la plataforma cuenta con una serie de tecnologías como Arduino, Raspberry Pi y sensores que permiten determinar los niveles de humedad, carbono, nitrógeno, PH, entre otros.
Además, toda la información es recolectada para que pueda ser descargada, usada y adaptada en cualquier parte del mundo donde se pueda encontrar una de estas computadoras.
Este es un proyecto que aún no ha sido implementado de forma masiva, los prototipos se encuentran en fase de prueba. El objetivo, se podría decir, es democratizar la alimentación.
La impresión 3D es una tecnología de múltiples aplicaciones. Una de ellas es imprimir comida.
La meta es crear microestructuras de alimentos, personalizados, y que –obviamente– garanticen la misma experiencia en el consumidor.
Y si bien se realizan varios estudios alrededor del mundo, un grupo ecléctico (arquitectos, artistas, chefs, diseñadores, ingenieros, futuristas, industriales, inventores y tecnólogos) decidieron dar el primer paso y fundar el primer restaurante de comida 3D.
La iniciativa se llama Food Ink y su promesa es vivir la experiencia gourmet del futuro.
La comida, los utensilios y los muebles, todo, se producen completamente a través de la impresión 3D en un espacio futurista.
Este no es un restaurante fijo, viaja a través de ciudades y brinda la oportunidad de saborear el futuro en cenas que combinan el arte, filosofía y tecnología del mañana.
Para esta organización, la gastronomía es más que comida, su visión va más allá de la tecnología.
En términos de conservación del medio ambiente y la protección animal, el consumo de carne no tiene una imagen positiva.
Sin embargo, no se puede negar que las carnes, la roja, son fuente de vitaminas y minerales esenciales para una dieta saludable.
Ante esta realidad una propuesta que se ha trabajado en los últimos años es la producción de carne limpia. Esto significa producirla, literalmente, en un laboratorio.
A partir del uso de células madre de animales se busca crear carne que tenga la misma textura, color y sabor que la convencional.
Este es un proceso en el cual solamente se emplearía los compuestos necesarios y como una receta se crearía este tejido animal. Los primeros pasos se han dado.
En 2013, Mark Post, doctor y fundador de Mosa Meats, elaboró la primera hamburguesa de carne limpia. Tres años más tarde, Uma Valeti, doctor y cofundador de Memphis Meats, elaboró la primera albóndiga de este tipo.
La selección de las células es vital. Estas, en un ambiente controlado, se multiplican y dividen para conseguir un mayor número de ellas. Se las alimenta y absorben calorías.
Esto permite controlar el nivel de colesterol, grasas saturadas, antibióticos, bacterias y hormonas.
Las estructuras se generan y las células se diferencian según su tipo y permiten la producción de carne limpia.
Este último paso se desarrolla en el scaffolding, un soporte 3D que da textura e intensidad al producto final.
¿Un muslo, una pechuga, una alita o un filete?
Todo se podría crear. La próxima vez que se encuentre en un restaurante, lo que coma seguramente tiene una historia interesante sobre su origen, cultivo, cosecha o producción