Científicos españoles de la Universidad de Valencia y de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica obtuvieron el genoma del SARS-CoV-2 y estudiaron las mutaciones respecto del original
El coronavirus que infectó a más de 80.000 personas en China, y que mató a más de 3.200, no es exactamente el mismo que se contagiaron 27.980 italianos ni el que contrajeron 11.300 españoles. A medida que este se va propagando y pasa de un país a otro sufre mutaciones.
Esto fue comprobado esta semana por investigadores de la Universidad de Valencia y de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana, que obtuvieron los primeros genomas del virus en España, a partir de muestras de tres pacientes.
De esta manera, pudieron compararlos con el genoma identificado por científicos chinos el 14 de enero, y por los que se aislaron en muchos otros países en las últimas semanas.
“El genoma del virus está en continua mutación, y eso es justamente lo que nos permite seguir su trayectoria en los diferentes países y rutas de transmisión”, dijo Fernando González, uno de los investigadores de la Universidad de Valencia que participaron del estudio, consultado por El Confidencial.
“En concreto, los aislados que hemos secuenciado en Valencia difieren en seis, uno, y en nueve, los otros dos, mutaciones del virus originalmente secuenciado en Wuhan.
Pero esto es normal: casi todos los virus que se han secuenciado hasta el momento presentan algunas diferencias con el primero. El que más, aislado en Brasil, tiene 16 mutaciones”.
La revelación más importante de las mutaciones detectadas en España es que no están asociadas a factores de mayor o menor letalidad que el genoma original del virus.
“La conclusión a la que se ha llegado después del análisis realizado es que, hasta ahora, no se ha encontrado ninguna mutación asociada a una mayor virulencia, letalidad, o a alguna propiedad interesante desde el punto de vista clínico”, sostuvo la Universidad de Valencia en un comunicado.
A la misma conclusión llegaron investigadores italianos. Massimo Galli, responsable de enfermedades infecciosas del hospital Sacco de Milán, quien aisló el genoma del virus cuando este se empezó a propagar por Italia, ha encontrado que el COVID-19 ha mutado “dos o tres veces” en territorio italiano, pero sin modificar su letalidad.
“Siempre en estos virus hay mutaciones en la molécula ARN, pero no creemos que estas puedan causar mayor virulencia”, aseguró. Afirmaciones que van en línea con el mapa genético del virus que su equipo, junto con la Universidad Estatal de Milán, aisló a principios de marzo.
Algunos pensaban que las mutaciones podían explicar que en la Lombardía, motor económico del país, la tasa de casos positivos es de 90 por cada 100.000 habitantes, mucho mayor que la del Véneto, con 36,2 por cada 100.000. Pero Galli lo descartó. “La cepa de coronavirus de Lombardía no tiene nada de específica, es la misma que la del Véneto y que la de otras regiones”, sostuvo en una entrevista con EFE.
Lombardía, cuya capital es Milán, centro económico del país, registra una tasa altísima de letalidad del virus, con casi un 10% de fallecidos sobre el total de infectados, algo que se explica por la avanzada edad de su población y porque no se contabilizan todos los contagiados, lo que de hacerse reduciría el porcentaje.
Para Galli, otro factor determinante de los estragos causados por el coronavirus en la región es que pasó “un mes circulando inadvertido por Lombardía”.