¿Para qué comprar acciones de Inditex o H&M cuando el lujo, como Louis Vuitton cotiza igual de barato en el mercado?
Es, si quieren verlo así, la democratización de la moda, que dirían los románticos.
Las grandes marcas a nivel internacional, véase LVMH, Hermes o Kering (propietaria de Gucci, entre otras marcas) comenzaron en los años de la última crisis financiera una tendencia según la cual sus acciones se pagan cada vez más baratas en bolsa en base al multiplicador de beneficios al que cotizan.
En 2008 un inversor que comprara títulos de los gigantes del lujo debía esperar de media más de un siglo para recuperar su inversión por la vía del dividendo.
Hoy con 25 años sería suficiente por los 23 que debería hacerlo si adquiriera títulos del textil low cost, que ejemplifican compañías como Inditex, H&M, Fast Retailing (Uniqlo) o la estadounidense Ross Stores.
El consenso de mercado arroja un PER (número de veces que la acción recoge en precio el beneficio) de 25 veces para 2020, lo que supone una prima del 8,6% sobre el textil tradicional.
Y seguirá menguando su diferencia en 2021, cuando se prevé un multiplicador de beneficios de 23 veces para el lujo frente a las 22 veces de la decena de compañías lideradas por Inditex.
¿Qué se está comprando?
Pagar prácticamente lo mismo por una acción de LVMH -cuyo PER se sitúa en las 25 veces este ejercicio-, de Kering -en las 21 veces- o de Burberry -en 21,5- que por otra de Inditex -en 24 veces-, H&M -23- o Ross Stores -22- no diría nada per se si no fuera porque, aunque ambos subsectorores pertenecen al mundo de la moda, sí tienen bastantes diferencias.
En resumidas cuentas, el beneficio de las firmas del lujo crecerá más, al igual que sus ventas; con márgenes que son casi doble; y con un mayor número de recomendaciones de compra por lo que tienen al consenso de su lado.
Los grandes conglomerados liderados por LVMH ganarán, de media, un 32% en 2020 frente a 2018, mientras que sus comparables low cost, como Inditex, la estadounidense VF o la británica Next, obtendrán ganancias que avanzarán un 18% en el trienio.
¿Quién destaca sobre la media?
La francesa Kering, tercera por capitalización entre sus comparables -si se incluye a Christian Dior, dentro del grupo de Louis Vuitton- con 75.300 millones de euros y luce el mejor consejo de compra.
Su beneficio será también el que más crezca de 2018 a 2020 -lo hará un 37%-.
Sin extraordinarios, sus ganancias aumentaron un 15% en 2019, “gracias a Gucci que supera expectativas [y es un 60% del total de ventas], ante la gran solidez mostrada en la zona de Asia-Pacífico (que supone un 37% para Gucci de sus ingresos) y la recuperación de EEUU”, afirman en Banco Sabadell.
La clave que justifica el mayor crecimiento del sector del lujo es su exposición a Asia, y, en concreto, a Japón y China.
Con datos de Bloomberg a cierre de 2019, el continente asiático supone el 43,9% de las ventas para Moncler, un 36% para Hermes, y un tercio también representa para LVMH, Christian Dior o Kering.
Pero, además, también les acompaña el momentum de mercado, más allá del coronavirus, porque el lujo es un refugio clásico en momentos de crisis o de desaceleración económica. Y es que aumentan, tradicionalmente, sus ventas.
Pero si por algo sobresalen los grandes del lujo es por los márgenes con los que venden sus exclusivos productos.
El consenso prevé que, de media, en 2020 logren un margen ebit del 22%, que tira a la baja la relojera suiza Swatch -con un 12% previsto-, muy tocada en bolsa y en sus cuentas ante su fuerte exposición a Asia (un 64% de las ventas).
Hermes, en cambio, lidera el ranking con un margen/ebit del 34% estimado este año.
En el caso de la moda de bajo coste, Inditex reina en la tabla, con márgenes que el mercado espera que recuperen la cota del 18% en 2021 y que la rocen este ejercicio, consolidando el cambio de tendencia.
En el caso de la firma de Arteixo su exposición a China representa el 8% de las ventas del grupo, mientras que para H&M es el 5% de los ingresos.
¿El virus es una oportunidad?
La crisis del coronavirus ha supuesto un pequeño terremoto bursátil para las grandes marcas de lujo, del que ya se han empezado a resarcir.
Desde que la noticia se viralizó, a finales del mes de enero, la decena de grandes marcas ha perdido, de media, un 4% de su capitalización en bolsa, que superaba por entonces los 500.000 millones de euros.
Burberry y Swatch son las compañías más afectadas, según distintas casas de análisis.
Las ventas en China representan el 37% y 45% sobre el total de su base de clientes, recoge JP Morgan.
Y esto se ha reflejado en el mercado. Sobre todo en el caso de la creadora de las famosas gabardinas de cuadros.
Sus acciones son las más bajistas de entre los grandes conglomerados de moda, y se dejan un 9% en bolsa desde que estallara la crisis del coronavirus.
Su director financiero, Marco Gobbetti, se vio obligado a salir al paso y reconoció la semana pasada que “24 de las 64 tiendas que tienen en China han sido cerradas [un 37,5%]” lo que ha provocado “un impacto en sus ventas, también en Hong Kong”.
El golpe para Kering ha sido, incluso, superior, con la mitad de sus establecimientos cerrados.
“Las firmas de lujo han doblado su exposición a Asia desde la epidemia del SARS en 2003, capturando la demanda del mayor consumidor global como es China (con el 40% de la cuota de mercado) y el 12% del tráfico de pasajeros en los aeropuertos a nivel mundial. Esta situación les hace más vulnerables al coronavirus”, reconocen los expertos de Bloomberg Intelligence.
JP Morgan espera un impacto “fuerte en las ventas” del sector próximo al 36% durante el primer trimestre del año debido “a las drásticas medidas adoptadas por el Gobierno chino”.
En base a la información que tienen, los analistas calculan una caída del 40% de los clientes en las tiendas a pie de calle y hasta un 70% en los mall, cifras que en Hong Kong y Macao, clásicos de las ventas del lujo, han llegado a superar un desplome del 80%.