Christo ha muerto un 31 de mayo. El artista búlgaro que envolvía a ciudades con su arte ha fallecido. ¿Pero quién era Christo? Imaginen un día de lo más habitual. Son las 7:00 A.M. y eso significa que es tiempo de ir al trabajo. Salen de su departamento en la ciudad o de su casa en los suburbios, se incorporan al rutinario y aburrido tráfico de las mañanas, escuchan el noticiero matutino en la radio y todo es igual, salvo por un pequeño detalle: A lo lejos se puede contemplar lo que parece ser una tela gigante cubriendo por completo una edificación.
Christo y Jeanne Claude, artistas y esposos, fueron los autores de una de las manifestaciones de arte más peculiares y gigantescas que la humanidad ha llegado a conocer en las últimas décadas. Ya sea envolviendo en tela decenas de árboles en Riehen o el Reichstag en Berlín, cada una de sus propuestas se han caracterizado por ser notoriamente visuales e imposibles de ignorar.
Christo, nació un 13 de junio de 1935 en Bulgaria. Jeanne Claude, nació el mismo día pero en territorio francés. Ellos fueron artistas que lograron demostrar otra dimensión del arte, una de grandes escalas.
Algunos fueron los elementos distintivos de su propuesta estética. Como todo inicio, modesto y lleno de limitaciones, sus primeros trabajos se limitaban a la envoltura de pequeños objetos (latas de pintura, paquetes, motocicletas o automóviles) usando pegamento y arena. Pero Christo, como la mayoría de artistas en búsqueda de la perfección de su técnica, concibió que sus próximos proyectos fuesen envueltos solamente en tela, sin uso de aditamento alguno.
En 1962, el matrimonio tuvo su primer gran proyecto. En Rue Visconti, Francia, crearon The Iron Curtain, por espacio de ocho horas apilaron ochenta y nueve barriles de petróleo como una protesta contra el Muro de Berlín. Con el paso de los años sus proyectos comenzaron a ser cada vez más grandes y ambiciosos, al igual que su reconocimiento. En 1968, Christo y Jeanne Claude participaron en el documenta IV y construyeron un tubo de 5600 metros cúbicos y suspendiéndolo en el aire mediante dos grúas.
En sus propuestas, Christo y Jeanne Claude manejan ciertos elementos que son su firma característica: El acto de envolver objetos, el tamaño de sus proyectos y el uso de telas (algunas de colores notorios que marcan contrastes) que permite reconocer la forma básica del objeto oculto pero brindando al espectador otra óptica.
A inicios de la década de los setenta, por espacio de veintiocho horas, una gigante cortina anaranjada, 400 metros de largo, colgaba de lado a lado en Rifle, un valle en las Montañas Rocosas. Aunque no son obras artísticas que quedan plasmadas para posteridad, más allá de las fotografías, ilustraciones o planos, su trabajo marca una profunda impresión en la memoria de quien lo ha visto.
Llenar todo una zona con más de mil sombrillas de seis metros de alto parecería una idea poco pragmática, hacerlo en dos lugares al mismo tiempo, algo imposible. Este tipo de demostraciones pueden conducir a reflexiones sobre el propósito y los límites del arte.
Una de sus más grandes planes tuvo lugar en Central Park, New York. En 2005, se inauguró The Gates, unas estructuras de color amarillos azafrán en forma de entradas que fueron coladas en los senderos del parque, donde miles de visitantes, deportistas podían disfrutar de una peculiar decoración.
Jeanne Claude murió en 2009 y Christo hace pocos días pero su obra persiste.