Es lógico que el encierro excita y eleva la imaginación, sexual para ser más expresos. Los portales virtuales de citas como el Tinder arden en llamas pese al encierro y parecen anticipar una buena época para el amor o al menos para el sexo. Entre los solteros la activación de portales y aplicaciones para dichos encuentros ha encontrado umbrales superlativos de acción pero las edades han terminado por diferenciar el destino del los encuentros eróticos en tiempos del virus.
Quienes recién comenzaban su vida en las relaciones con los otros parecen tenerla más complicado con el confinamiento. Las llamadas generación Z y los millennials han sido truncados en su desenvolvimiento amatorio por una ley de vida o muerte: o te quedas en casa o te quedas. Ante ello, Tinder o el vídeo chat de Bumble han registrado ascensos de más de 25% en su uso y preferencia.
No solo la mensajería más tradicional de WhatsApp ha tenido esos picos sino aplicaciones como Hinge, con un 30% en marzo, que ha incorporado una “cita desde casa” que permite pasar a video chat o llamada telefónica. Tinder ha tomado la vía de la contención social y envió un mensaje con las precauciones de la OMS sobre la distancia social. Lo más interesante en Tinder ha sido la posibilidad de relacionarse con las personas a mucha distancia lo que precautelaría la salud de sus miembros.
Las cifras de las grande universidades daban cuenta del éxito de las aplicaciones para conocer personas que permiten pasar a relaciones directas y más prolongadas y la potencia económica que definen: 6 mil millones de dólares globalmente en 2019. Para Elie Seidman, ejecutivo de Tinder, “si bien mantenemos la distancia social, sin dudas no nos desconectamos. Más que nunca, tener alguien con quien hablar puede marcar una diferencia gigantesca”. Y es que los seres humanos no podemos desapegarnos de nuestros hábitos gregarios y la necesidad de compañía.
Es interesante lo que señala la revista del MIT: “Antes del coronavirus, enviar un mensaje de texto a alguien para organizar un encuentro estaba bien, pero llamar a una persona, y más aun el video chat antes de una cita, se acercaba a lo inquietante”, comportamientos que hoy son frecuentes. Parece ser que la ansiedad, el apremio o la inminencia de la situación catastrófica cambia el comportamiento de los seres humanos en su necesidad de relación, al menos por ahora.
Y es que “no se trata de un encuentro romántico o de citas rápidas; no existe presión alguna para lucir de una manera determinada o decir algo perfecto”, ha dicho un ejecutivo. Las fantasías sexuales también están a la orden del día. De la vídeocam erótica a los encuentros por Match o los consejos de sexo virtual, directos y a la vena, como aconseja Grindr hemos transitado a una velocidad impresionante, también en América Latina. Tal vez estemos confinados por muchas semanas ya, pero no dejaremos de demandar amor o al menos atención.