El Instituto de Cine y Actuación (INCINE) inicia un nuevo capítulo en su historia. Tras atravesar una etapa donde la había solo dos opciones: O desaparecer o expandirse, un grupo de empresarios ecuatorianos encabezados por Jorge Ulloa y Christian Moya, fundadores de enchufe.tv, y Mauricio Aguirre, representante del sector educativo, asumieron el desafío de salvar y revitalizar una institución clave para la cultura nacional.
El proyecto nació en un contexto inesperado: la participación de Ulloa en el reality: “Shark Tank México: Creators”, donde reveló públicamente su preocupación por el futuro del INCINE, la escuela donde se formó junto con los creadores de enchufe.tv. A partir de esa declaración, empresarios, académicos y gestores culturales se unieron con una meta común: rescatar el legado del INCINE y transformarlo en un referente regional de formación en cine, artes y comunicación.
“El INCINE es la escuela donde nos formamos muchos de los que dimos vida a enchufe.tv. Cuando me enteré de que estaba en venta, sentí la urgencia de actuar. No podíamos permitir que desapareciera el lugar que ha sido semillero de cineastas, actores y soñadores del país”, afirma Jorge Ulloa, director y productor ecuatoriano.
Un rescate que une educación y creatividad
El nuevo grupo propietario está integrado por Jorge Ulloa, Christian Moya, junto con Mauricio Aguirre y su equipo de empresarios del sector educativo. En este proceso, 2btube Latinoamérica —empresa global dedicada a la creación, gestión y distribución de contenidos digitales, principalmente enchufe.tv— actúa como aliado estratégico, aportando su experiencia en producción audiovisual y desarrollo de talento joven.
“Más que un rescate, es una oportunidad de sumar. Apostamos por la educación como motor de desarrollo y por la cultura como base de identidad. Queremos inspirar a otros empresarios a seguir creyendo en el país y en su gente”, señala Mauricio Aguirre, nuevo copropietario del INCINE.
El proyecto busca mantener el espíritu del instituto fundado por Camilo Luzuriaga y Lissette Cabrera, pero con una visión ampliada. El nuevo INCINE evolucionará hacia una escuela de cine, artes y comunicación, integrando nuevas disciplinas y metodologías de enseñanza que conectan directamente con la industria creativa.
De las aulas a la industria
Entre los principales cambios se plantea un modelo dual de formación que vincula educación y experiencia profesional. Gracias a la alianza con 2btube Latinoamérica, los estudiantes podrán participar en proyectos reales que se estrenarán en el mercado, consolidando una experiencia práctica sin precedentes en el país.
Además, se prevé una renovación integral de infraestructura y programas académicos, incorporando docentes internacionales, referentes de la industria dando charlas magistrales y talleres, carreras de corta y larga duración, y un sistema de becas destinado a jóvenes de grupos vulnerables.
“Queremos que el INCINE vuelva a ser el semillero del cine ecuatoriano y de la región. Formar cineastas que, en unos años, den grandes alegrías a Latinoamérica y proyecten nuestra identidad al mundo”, añade Ulloa.
Identidad, cultura y futuro
La adquisición del INCINE simboliza algo más que la recuperación de una escuela: representa una apuesta por el autoestima cultural del Ecuador y Latinoamérica. Para Ulloa, “el arte y la educación son esenciales para reconstruir nuestra identidad nacional”. Y para Aguirre, “invertir en talento es creer en el futuro del país”.
El equipo directivo ya trabaja en los planes de ampliación académica, la nueva visión institucional y los próximos pasos de esta etapa denominada “INCINE renace”.
“Será el inicio de una nueva era para la educación audiovisual. Queremos que este día marque un antes y un después para el cine ecuatoriano”, anticipa Aguirre.








