Texto: Omar E. Montaño
Buscar el éxito es como buscar la mítica fuente de la vida eterna pero el truco está en hallarla en juventud. Pensemos por un segundo que la encontramos, vivimos por siempre, lo hacemos a los setenta años o más, para ser, por siempre, viejos quejumbrosos buscando no olvidar nada e intentar estar lo mejor posible en esa eternidad, con un caminador o si hay mucha suerte, un bastón.
El éxito se podría resumir en tres cosas: ambición constancia y valentía. Y esto, es lo que todos a los que admiramos por ser multimillonarios exitosos, tienen en común.
Porque la vida no es perfecta y su orden tampoco, en realidad todo debería funcionar al revés, algo así como un Benjamin Button colocsal para que todo termine en un orgasmo y no en una muerte horrible llena de malestares y soledad.
Deberíamos pasar la mayoría de nuestros días haciendo lo que nos dé la gana, con dinero y tiempo de sobra, peo no, de nuevo, no es así, por eso cada intento de gurú que habla del éxito fácil se convierte en un faro para la humanidad, sin importar cuan timadores puedan llegar a ser, porque lo fácil nos sublima, ser millonarios sin mover un dedo es lo que anhelamos.
Y esto, precisamente, esto, es de lo que carecen las personas que son exitosas, odian el facilísimo.
Entonces, ¿qué los une?, ¿cuál es ese común denominador entre ellos? Pues bien, aunque el éxito es algo que a simple vista es fácil de definir y muchas veces se asocia con la felicidad, en verdad no lo es.
Una personas exitosa, dentro del imaginario colectivo, es alguien reconocido que ha logrado una buena fortuna con sus ideas, por ejemplo, Mark Zuckerberg.
Y sí, Facebook puede ser una idea fácil, pero lo que requirió para llegar a ser lo que es no lo fue. Así, las cosas, el éxito se podría resumir en tres cosas: ambición, constancia, y valentía. Y esto, es lo que todos a los que admiramos por ser multimillonarios exitosos tienen en común.
Ambición
Hay que tener las metas claras, saber que si queremos lograr algo grande, puede ser más grande aún. Se puede llegar tan lejos ser tan grande aún.
Se puede llegar tan lejos ser tan grande como se quiera, pero de nuestra ambición depende el resultado, miremos a monstruos como Bill Gates con Microsoft o Steve Jobs con Apple.
Hay que perder el miedo al fracaso, el miedo a las críticas, el miedo a escuchar a los que ya han transitado el camino, hay que ser valientes para lograr lo que se quiere.
Constancia
Hay que seguir adelante sin importar cuántos obstáculos se presenten o cuántas horas haya que trabajar, lo único que importa es llegar a la meta y sobrepasarla.
Esto se puede entender fácilmente con casos como el de Angry Birds, que recién lanzado no tuvo éxito; pero sus creadores se mantuvieron en uno de los juegos más descargados del mundo, luego en películas y merchandising y bueno, se entienda la idea. Constancia y muchas ganas, fin.
Valentía
Hay que perder el miedo al fracaso, el miedo a las críticas, el miedo a escuchar a los que ya han transitado el camino, hay que ser valientes para lograr lo que se quiere.
O si no, pregúntenle al creador de Alibaba, Jack Ma. Intentó entrar 10 veces a Harvard y no lo logró, pero continuó.
Buscó trabajo y tampoco lo logró, pese a presentarse a 30 empleos diferentes. Por fin entró a Mc Donald’s pero lo despidieron. Y siguió.
Vio Forrest Gump y entendió que internet tenía un gran potencial, convirtió la sala de su casa en oficina, consiguió que sus amigos invirtieran en él y poco tiempo después se convirtió en uno de los referentes más importantes de la industria B2B, siguiéndole los pasos muy de cerca a Amazon y sobrepasando a Ebay.
Él, Jack, es una muestra de que todo se puede en la vida cuando sumas ambición, constancia y valentía, sin rendirse, sin llorar, siendo joven y con todo el tiempo del mundo para seguir inventando lo que le dé la gana. Él encontró el santo grial del éxito.
Salud por él. Y por ustedes, futuros exitosos.