Las empresas tabacaleras se están transformando en empresas de tecnología. Por eso, cada vez es más frecuente ver personas que, en lugar de cigarrillos, utilizan dispositivos electrónicos que los reemplazan, incluso con un potencial de menor daño para la salud.
Entre los dispositivos con los que se busca reemplazar al cigarrillo se encuentran los productos de tabaco calentado. Se trata de dispositivos que se acercan al ritual de fumar, para que los fumadores adultos puedan adoptarlos más fácilmente, pero que calientan el tabaco, en vez de quemarlo. Los dispositivos generan un vapor de nicotina, dejando atrás el humo del cigarrillo.
Según cifras oficiales de las industrias que le apuestan a esta nueva categoría, más de 10.6 millones de fumadores adultos han dejado el cigarrillo y se han cambiado al producto de tabaco calentado IQOS. Se espera que, para el 2025, esta cifra alcance los 40 millones de usuarios.
Otros de los dispositivos que aparecen como sustitutos de los cigarrillos, son los cigarrillos electrónicos, que nacieron en el 2004, de la mano del farmaceuta chino Hon Lik. Entonces, empezaron a comercializarse en el país oriental; pero en 2007 ya se vendían en Estados Unidos y Europa.
Con el paso del tiempo se han desarrollado varias versiones de cigarrillos electrónicos que, por ejemplo, permiten al usuario escoger la potencia que desea emplear para calentar. A esto se añaden indicadores que muestran el nivel de la batería; puertos USB para recargarla o para actualizar la programación interna del dispositivo; conexiones Bluetooth, y pantallas diminutas para revisar el voltaje.
IQOS, una alternativa avanzada para reemplazar el cigarrillo
El interés en esta industria es tal que las mismas empresas tabacaleras empezaron a ofrecer productos que sirvieran para reemplazar el cigarrillo. Es el caso de Philip Morris International (PMI) –multinacional que está liderando la transformación en la industria– en los últimos años ha invertido más de 7200 millones de dólares en su producto de tabaco calentado, llamado IQOS.
El dispositivo calienta una unidad de tabaco hasta una temperatura máxima de 350°C. De esta manera se evita la combustión, la ceniza y el humo. De hecho, con base en evidencia científica sometida a consideración de la FDA en Estados Unidos, PMI asegura que, al calentar el tabaco en lugar de quemarlo, los niveles de químicos asociados a las enfermedades causadas por tabaquismo se reducen de forma significativa, en comparación con el humo del cigarrillo normal.
PMI ha sido claro en que los dispositivos que se emplean para reemplazar el cigarrillo contienen nicotina, una sustancia adictiva y no libre de riesgo. Su valor consiste en reducir el daño en comparación con el humo de los cigarrillos. En el caso de IQOS, esta reducción se lleva a las menores proporciones posibles: según los estudios realizados, el aerosol del dispositivo genera en promedio un 95% menos de componentes nocivos en comparación con el humo del cigarrillo tradicional.
La empresa afirma que, en este aspecto, IQOS es una mejor alternativa que los cigarrillos y representa un cambio positivo en los fumadores adultos que de otra manera, continuarían fumando.
Nota: La información fue proporcionada por ITABSA.