Algunos alimentos y bebidas tienen agentes pigmentadores que pueden provocar alteraciones en la tinción de nuestro esmalte.
Suele ser una de las preguntas habituales cada vez que acudimos a la consulta del dentista y enseñamos los piños: “¿Bebes mucho café?“.
La cuestión no es baladí ya que nuestra alimentación no sólo influye en la aparición de caries, sino que también determina la presencia —o no— de manchas en nuestro esmalte.
Y ya podemos frotarnos los dientes con auténtica fruición y utilizar el cepillo más revolucionario que ese tipo de manchitas no van a saltar.
Pero, ¿por qué se ensucia nuestra dentadura de esta forma? Y, sobre todo, ¿realmente hay alimentos que favorecen la aparición de manchas?
La principal causa del oscurecimiento de nuestros dientes y la aparición de manchas suele ser “una inadecuada higiene oral”, tal y como explica el Consejo General de Colegios de Odontólogos y Estomatólogos de España.
Sin embargo, no es ni mucho menos la única. Según señala el organismo, el consumo de determinados productos de higiene bucal también puede provocar alteraciones en la tinción dental y manchas exógenas.
Ocurre, por ejemplo, con el uso prolongado de algunos enjuagues y con pastas dentífricas que tienen clorhexidina, un antiséptico de uso tópico que se usa para tratar la inflamación de las encías.
Pero, sobre todo, lo que verdaderamente provoca que salgan manchas en tus dientes son los agentes pigmentadores que están presentes en algunos alimentos y bebidas, algunos de ellos saludables, como el café, y otros no tanto, como el vino.
“Las bebidas son las que más daño ocasionan. Primero, porque su ingesta es superior es superior al volumen de alimentos; y segundo, porque su estado líquido les permiten aprovechar la porosidad del esmalte y calar más”, señala el Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Valencia (Icoev).
Según este organismo, el vino es uno de los principales culpables de estas manchas, tanto el blanco como el tinto.
Éste último causa un daño mayor debido a tres factores: la acidez, y la presencia de taninos y cromógenos, unas sustancias coloreadoras.
“Con un consumo periódicos, estas tres sustancias unidas son capaces de oscurecer y transformar unos relucientes dientes blancos en unos con un ligero tono púrpura”, advierte el Icoev.
Alimentos ácidos
Lo mismo ocurre con el café y con el té, que también poseen una elevada concentración de cromógenos.
Según explican los odontólogos, el primero es más dañino que el segundo debido a la mayor presencia presencia de taninos y cromógenos.
En el caso del té, las variedades más dañinas son el té rojo y el té negro, que provocan que nos aparezcan en los dientes unas desagradables manchas amarillentas.
Los refrescos azucarados y las bebidas energéticas son otros de los enemigos que, además de mancharlos, favorecen la aparición de caries.
“Diversos estudios han demostrado el peligro para el esmalte de las denominadas bebidas energéticas que consumen los deportistas y los jóvenes”, dice el Icoev.
“El problema de éstas reside en su alto contenido en ácidos que ocasionan severos daños al esmalte”.
Pero la cosa no acaba aquí, todas aquellas salsas que tienen un color intenso como la soja, que tiene agentes decolorantes, o aliños como el vinagre de Módena, también manchan nuestra dentadura.
Ocurre lo mismo con los caramelos. “Su presencia en esta lista de enemigos del esmalte y de los dientes es más que obvia. La alta cantidad de colorantes y de azúcares que suelen presentar ocasiona tanto daños en la coloración de cualquier dentadura como un alto riesgo de caries”.
El Colegio de Odontólogos de Valencia también señala a algunas frutas y verduras de color intenso como alimentos que pueden perjudicarnos.
“En este grupo encontramos los arándanos, las moras, las cerezas y verduras como la remolacha”, señalan.