Comer chocolate es sin duda uno de los placeres de la vida. Desde los olmecas hasta la actualidad el cacao es considerado por los antiguos como “oro moreno”, es uno de los productos más deseados y comercializados en el mundo.
El chocolate conocido como tal emergió como bebida en el siglo XV en Inglaterra para las clases acomodadas y se extendió a todo el mundo en todas las formas, bebidas, tabletas, bombones, trufas y ¡mucho más!. En los días de invierno tomar una taza de chocolate caliente sirve no solo para elevar la temperatura del cuerpo sino para darle un golpe de placer al alma.
1. Los ingredientes perfectos
Preparar una taza de chocolate caliente perfecta tiene algunos secretitos que hay que tener en cuenta. Para el galardonado Chef de repostería Jacques Torres es fundamental que los productos que se utilicen sean de buena calidad, un 60-70% chocolate oscuro.
A esto también hay que agregar leche y crema de leche. Un secreto que brinda Torres es tener además leche en polvo y almidón que, aunque no son obligatorios, su agregado brinda al chocolate caliente mayor sabor y una sensación aterciopelada al paladar.
2. La crema perfecta
Con todos los elementos qué más decir que ¡manos a la obra! Para ello poner en un recipiente crema de leche (que este bien fría) y batir durante hasta que se formen picos suaves (no firmes), puedes hacerlo con un batidor de mano o, si eres más fiaca, utiliza la batidora eléctrica hasta que tome consistencia y reserva en la heladera mientras se realiza el resto de la preparación.
3. La leche ideal
En una pequeña olla colocar dos tazas de leche y llevar a un fuego medio a alto hasta que rompa el hervor. En otro recipiente mide 50 gramos de leche en polvo y 1 cucharadita de almidón de maíz, mezcla bien y reserva.
4. El secreto para la mezcla
Corta en trozos 150 gramos de chocolate oscuro y agrégalo a la leche burbujeante, baja el fuego a medio y comienza a batir. Agrega la mezcla de leche en polvo y almidón de maíz y continua revolviendo hasta que se disuelvan bien.
5. Armarlo para que sea perfecto
Una vez que la preparación esté cremosa, sube el fuego hasta que el chocolate vuelva a romper hervor y ahí apaga el fuego. Sirve el chocolate caliente en la taza que prefieras y decora con una buena cucharada de crema batida bien fría.