Frida Kahlo ha sido una de las mujeres más influyentes no solo en México, sino alrededor del mundo. Un icono cultural del siglo XX.
Tuvo una vida tormentosa que estuvo marcada por el infortunio de contraer poliomielitis. A los dieciocho años Frida Kahlo sufrió un gravísimo accidente que la obligó a una larga convalecencia, durante la cual aprendió a pintar, y que influyó con toda probabilidad en la formación del complejo mundo psicológico que se refleja en sus obras.
“Mereces un amor que te quiera despeinada” es uno precioso poema atribuido a la universal artista mexicana Frida Kahlo.
“Mereces un amor que te quiera despeinada”
Mereces un amor que te quiera despeinada,
incluso con las razones que te levantan de prisa
y con todo y los demonios que no te dejan dormir.
Mereces un amor que te haga sentir segura,
que pueda comerse al mundo si camina de tu mano,
que sienta que tus abrazos van perfectos con su piel.
Mereces un amor que quiera bailar contigo,
que visite el paraíso cada vez que ve tus ojos
y que no se aburra nunca de leer tus expresiones.
Mereces un amor que te escuche cuando cantas,
que te apoye en tus ridículos,
que respete que eres libre,
que te acompañe en tu vuelo,
que no le asuste caer.
Mereces un amor que se lleve las mentiras,
que te traiga la ilusión,
el café
y la poesía.
En el primer verso del poema de Kahlo se expresa la esencia del poema “mereces un amor que te quiera despeinada”, con esta imagen la artista evoca un amor capaz de aceptar todos los defectos y locuras de la otra parte.
Es muy fácil querer a una persona cuando sólo vemos todo lo bueno que tiene, lo complicado es quererla con sus defectos: más aún, entender que una persona puede ser perfecta con sus imperfecciones.
A partir de esta premisa continua el poema diciendo “mereces un amor que te haga sentir segura”. Forma parte de la evolución en el amor, aceptar a la otra parte tal como es aporta seguridad.
De la misma forma que sólo quererla por su físico o su capacidad económica produce inseguridad. Seguidamente sigue afirmando, que “mereces un amor que quiera bailar contigo”.
En este caso evoca la importancia de la entrega al amado, hasta el punto de volverse uno y poder bailar armónicamente en la sinfonía de la vida.
El cuarto párrafo comienza con “mereces un amor que te escuche cuando cantas”. Todas las afirmaciones están interelacinadas y se necesitan, para bailar con otra persona en la danza de la vida se han de escuchar recíprocamente, han de ver sus defectos y virtudes y, por último, han de ser sinceros o, como lo expresa Frida Kahlo, “ha de llevarse las mentiras”.
Un amor que se fundamenta en una mentira no es amor, es siempre instrumentalización, utilización del otro.
El sexto párrafo acaba con los tres elementos que llenaban la vida de Frida Kahlo: la ilusión, el café y la poesía. Todo esto siempre y cuando estuvieran fundamentados en el motor del amor.
Queremos apuntar que hay cierta controversia con la adjudicación de la autoría del poema. Diversas fuentes se lo atribuyen a la joven poeta mexicana Estafía Mitre. No obstante, no hemos sido capaces de corroborarlo.