Durante exactamente 33 meses, desde abril de 1977 hasta febrero de 1980, la famosa discoteca Studio 54 se convirtió en un epicentro de glamur y de eufórica celebración que consiguió salvar de la oscuridad a un deprimido Nueva York y que influenció la cultura y la moda a nivel mundial, un logro que subraya en su nueva exposición el Museo de Brooklyn.
‘Studio 54: Night Magic’ reúne más de 650 objetos de moda, fotografía, pintura, cinematografía y escenografía que ponen de manifiesto la creatividad revolucionaria y la libertad de expresión que bullían en el mítico local, donde la celebración de la liberación sexual conseguía alegrar las calles de la Gran Manzana, que en ese momento se enfrentaba a la bancarrota.
“Era un momento difícil de la historia de la ciudad, que tenía una personalidad y un aspecto muy peculiar, pero que también atrajo a muchos artistas y músicos por los bajos alquileres y oportunidades”, explicó en la presentación de la muestra el comisario, Matthew Yokobosky, que ha organizado la primera exhibición que rastrea la revolucionaria estética y la política social del histórico local.
Además de la pobreza generalizada de Nueva York, EE.UU. también trataba de recuperarse de la Guerra de Vietnam, el escándalo de Watergate que llevó a la dimisión del presidente Richard Nixon y las luchas sociales entorno al racismo e igualdad de sexos.
Tras abrir sus puertas al público el próximo viernes durante cerca de cuatro meses, los asistentes podrán comprobar cómo la discoteca se convirtió en un “modelo para la exploración creativa, la revolución sexual, la fluidez de género y la liberación sexual”.
La idea de este análisis pormenorizado de Studio 54 se le ocurrió a Yokobosky hace ya dos años, cuando empezó a notar que muchos diseñadores de moda estaban inspirándose para sus colecciones en la discoteca.
Durante el primer año, asegura, entrevistó a más de 100 artistas, diseñadores y empleados del local en busca de material de la exhibición, que proviene en buena parte de colecciones privadas de gente asociada con Studio 54.
También han colaborado el Museo de Andy Warhol, uno de los artistas que más tiempo pasaba en Studio 54, el Museo de Yves Saint Laurent en París y el Bulgary Heritadge Collection de Roma, que ha cedido un impactante collar con un enorme zafiro que la actriz Elizabeth Taylor llevó a una fiesta el 21 de mayo de 1979.
El Museo de Brooklyn dedicó buena parte de su extensa quinta planta para ‘Night Magic’, dividida en varias salas que cuentan con una elaborada y llamativa iluminación acompañadas con animadas canciones de fondo como Funkytown de Lipps Inc, I will survive de Gloria Gaynor, YMCA de The Village People o Le Freak, de la banda Chic, que fue escrita después de que se les denegara la entrada al club en la nochevieja de 1977.
Las paredes del museo están repletas de fotos de las suntuosas y salvajes fiestas, muchas de las cuales no habían sido vistas hasta ahora, como retratos de Tina Turner y el fotógrafo de moda Francesco Scavullo, la entonces esposa del primer ministro de Canadá Margaret Trudeau y la mujer de Mick Jagger, Bianca Jagger. También se ven instantáneas de Liza Minelli, Michael Jackson, Truman Capote, Grace Jones, Diana Ross, Cher, Farrah Fawcett, Dona Summers, Diane von Furstenberg, Calvin Klein, Carolina Herrera, Yves Saint Laurent, Brooke Shields, Mariel Hemingway, Kenzo o Issey Miyake como muestra de que toda celebridad que se preciaba pasaba alguna noche de desenfreno en Studio 54.
Desplegados en la exhibición pueden verse además numerosos trajes, coloridos, brillantes y atrevidos, que constatan cómo la vestimenta festiva del local supuso una influencia innegable en la moda del momento a nivel global.