Una dependencia llamada Oficina de Responsabilidad ha puesto en alerta a la estructura del Pentágono, el mayor órgano de seguridad del mundo, para prevenir sobre posibles hackeos en sus sistemas y procesos a causa del teletrabajo al que se someten sus empleados durante la batalla del Covid-19. Organismos como estos se apresuran a decir que el gobierno no ha procedido con la celeridad y el control que se requiere para proteger sistemas informáticos de la nación (aún) más poderosa del mundo, los Estados Unidos.
Según se conoce la seguridad de instancias tan altas como el Pentágono “están incompletas, o su estado es desconocido porque nadie está a cargo o informando sobre el progreso”, dijo la Oficina de Responsabilidad del Gobierno. Todo gira alrededor de lo que se ha dado en llamar la higiene cibernética, uno de los principales ejes de preocupación en el mundo actual de gobierno en la era de Julian Assange y Edward Snowden.
Los antihéroes informáticos de nuestro tiempo que han puesto a temblar a la CIA y los sistemas de espionaje del mundo occidental trajeron consigo los pánicos que en tiempos de pandemia se agudizan y pueden ser decisivos en una estrategia internacional siempre movida por los notorios hilos de la política.
Todo es culpa del teletrabajo lo que crea nuevas vulnerabilidades y debilita la seguridad. “Los riesgos para los sistemas de TI que apoyan al Departamento de Defensa están aumentando a medida que las amenazas de seguridad cibernética continúan evolucionando y se vuelven más sofisticadas”, ha dicho el Pentágono, y añade: “en particular, algunos países extranjeros, donde los adversarios pueden poseer niveles sofisticados de experiencia y recursos significativos para alcanzar sus objetivos, representan una amenaza significativa”.
Trabajar desde casa para el Pentágono o la CIA han vuelto más vulnerable que nunca los sistemas de control. El mundo no es un lugar tan seguro para el espionaje, una vez más. Al parecer una nueva era para grandes hackers está aquí.