Una nueva investigación ha demostrado que uno de los volcanes más prominentes de Sudamérica está produciendo señales tempranas de advertencia de un colapso potencial.
El estratovolcán Tungurahua, en la Cordillera Oriental de Ecuador, de 5023 metros de altura y conocido localmente como “El gigante negro”, muestra los rasgos distintivos de la inestabilidad en el flanco, lo que podría provocar un deslizamiento de tierra colosal.
Una nueva investigación, dirigida por el doctor James Hickey de la Escuela de Minas de Camborne, ha sugerido que la actividad reciente del volcán ha llevado a una deformación rápida significativa en el flanco occidental.
Los investigadores creen que la fuerza impulsora que causa esta deformación podría conducir a un mayor riesgo de colapso del flanco, causando daños generalizados en el área local circundante.
La investigación, que se publica en la revista Earth & Planetary Science Letters, recomienda que el volcán debe ser monitoreado de cerca para observar señales de alerta temprana más fuertes de colapso potencial.
El doctor Hickey, que reside en el campus Penryn de la Universidad de Exeter, Cornwall, dijo en un comunicado:
“Utilizando datos satelitales hemos observado una deformación muy rápida del flanco oeste de Tungurahua, que según nuestra investigación es causada por desequilibrios entre el suministro de magma y la erupción del magma”.
Colapso parcial hace 3000 años del Volcán Tungurahua
El volcán Tungurahua tiene una larga historia de colapso del flanco, y también ha estado activo desde 1999.
La actividad en 1999 condujo a la evacuación de 25 000 personas de las comunidades cercanas.
Una erupción previa de Tungurahua, hace unos 3000 años, causó un colapso parcial anterior del flanco oeste del cono volcánico.
Este colapso provocó una avalancha de escombros de rocas, tierra, nieve y agua en movimiento que cubrieron 80 kilómetros cuadrados, el equivalente a más de 11 000 campos de fútbol.
Desde entonces, el volcán ha sido reconstruido constantemente con el tiempo, alcanzando un pico con un cono empinado de más de 5000 metros de altura.
Sin embargo, el nuevo flanco oeste, por encima del sitio del colapso de hace 3000 años, ha mostrado signos repetidos de deformación rápida, mientras que los otros flancos permanecen estables.
La nueva investigación ha demostrado que esta deformación puede explicarse por un almacenamiento superficial y temporal de magma debajo del flanco oeste.
Si se continúa con este suministro de magma, el gran volumen puede causar que se acumule tensión dentro del cono volcánico, y así promover una nueva inestabilidad del flanco oeste y su posible colapso.
Hickey agregó: “El suministro de magma es uno de una serie de factores que pueden causar o contribuir a la inestabilidad del flanco volcánico, por lo que si bien existe el riesgo de un posible colapso del flanco, la incertidumbre de estos sistemas naturales también significa que podría permanecer estable. Sin embargo, definitivamente es uno para vigilar en el futuro”.