Karl Lagerfeld ha muerto antes de la pandemia y la modelo al que el diseñador convirtió en estrella llega a los 50 años. ¿Su nombre? Claudia Schiffer, la más famosa alemana sobre las pasarelas después de Nico Icon que este 25 de agosto cumple medio siglo, la edad de la luz.
En la década que Schiffer se hizo famosa, los 1990, el término top model se convirtió en marca de fábrica y pasó a ser otro de los iconos culturales de esa época, junto con el grunge, Nirvana y el ocio infértil. Claudia es alemana, creció en el pueblo de Rheiberg en los campos del norte de la Germania y quería dedicarse al derecho como su padre. Pero como la suerte es libre y bendita, un pescatalentos en activo la descubrió en una discoteca de Düsseldorf y le propuso dedicarse a lo que sería para toda la vida: modelo de pasarela. ¿El nombre del profesional? Michel Levaton, director de la agencia Metropolitan. Ella: simplemente Claudia.
El hombre de la coleta plateada más famosa de nuestros tiempos, Karl Lagerfeld, uno de los diseñadores de moda más importantes del planeta, la convertiría en el icono rubio de fines de siglo por fuera de las pantallas. Claudia se convertiría en el rostro de Chanel más hermoso en lo que cuenta la vuelta de siglo hasta el XXI.
Se dice que fue tímida y ella lo ratificó en una entrevista (“pero me di cuenta que cuando tenía maquillaje había una transformación y no me sentía como la Claudia tímida de un pequeño pueblo y podía hacer cosas escandalosas”), y en adelante nos acostumbramos a verla en televisión, en las revistas, en los diarios. Pero no solo eso: junto con un grupo de estrellas de la pasarela se convirtió en el icono que es. Ahí estuvieron Cindy Crawford, Helena Christensen, Linda Evangelista, Christy Turlington, Carla Bruni, Naomi Campbell hasta llegar a Kate Moss. La pléyade de las supermodelos de 1.80 metros en la era de la anorexia.
Llegó a contar con 100 millones de dólares en su cuenta bancaria que ha dedicado a montar sus negocios también relacionados con la vanidad en cosméticos y prendas básicas. Su lema: “su estilo personal sin esfuerzo”. Fue la mujer que trabajó no solo para Lagerfeld sino para los, también, gigantes de la era de la moda, Versace, Armani, Dolce e Gabbana. Y capturaron la potencia de su gélido rostro matizado solamente con una leve y sugerente sonrisa, gente en el lente como Richard Avedon, Patrick Demarchelier, Arthur Elgort, Peter Lindbergh, Steven Meisel, Herb Ritts y Mario Testino.
Es, sigue siendo, una mujer puntual y seria en el trabajo. Es el símbolo de una época en que la belleza aún podía desfilar en una pasarela, en la calle y no tener que ofrecer excusas. La era de la soltura sin presión. Felices 50 para Claudia.