Ante la grave caída de los precios del petróleo en el mundo en el marco de la crisis del Covid-19, la OPEP logró que con un acuerdo entre Arabia Saudita y Rusia se redujera la cuota de algunos de los mayores exportadores del mundo y con ello precautelar el precio en un nivel que no toque fondo. Al respecto fue importante la presión ejercida por Estados Unidos al gobierno de México para que se uniera al máximo nivel de recorte. El nivel es por demás estimable: 10 millones de barriles al día menos en bombeo para compensar el hundimiento de la demanda.
No se sabe si este rango será suficiente para equilibrar el mercado internacional de crudo. La llamada OPEP + que incluye a Rusia se ha reunido con este fin. El domingo se venció la renuencia de México que ha minimizado su cuota de recortes pero se unirá al fin estratégico general para nivelar el mercado que se ha desplomado hasta niveles no conocidos hace dos décadas.
“Hemos demostrado que la OPEP+ está despierta y viva”, ha dicho el ministro saudí de Energía, Abdulaziz bin Salmán. Pero aún no se conoce la cuota de Estados Unidos, Canadá, Brasil o Noruega, entre otros, que no forman parte de la OPEP, y no han descubierto el naipe. Con esa participación se estima que el recorte llegaría hasta los 20 millones de barriles, la quinta parte del total mundial. Con estos visos alentadores podría equilibrarse el mercado pero la solución se ve del todo demasiado optimista. Sin embargo, la caída internacional parece haber provenido de batallas internas entre los mismos actores que ahora reivindican el salvataje, como lo indicaba la prensa en días pasados
Por detrás un entendimiento entre Washington y Moscú parece sostener la situación general. Para los rusos, Estados Unidos apoyan el acuerdo de la OPEP+ y parecen estar dispuestos a aportar algo más a la reducción de la producción, entre dos y tres millones de barriles por día, de acuerdo con el ministro ruso de energía, Alexander Novak, en el canal Rossiya-1. Como sigue la política americana, para Trump ello supone salvar empleos en el sector energético pero también formar parte de acuerdos que definan el rumbo del disputado mercado energético mundial. De fondo, lo de siempre: Trump no puede darse el lujo de auspiciar despidos en cualquiera de los sectores que le permitan capitalizar su paso a las finales en las elecciones de noviembre.