La ciudad de Amsterdam está considerando prohibir que los turistas accedan a sus populares cafés donde se vende cannabis, a medida que la ciudad explora nuevas maneras de equilibrar la calidad de vida para los residentes con las demandas de los visitantes.
La posibilidad surge después de una encuesta reciente hecha a turistas jóvenes y encargada por la alcaldesa Femke Halsema, en la que más de la mitad de ellos aseguró que decidieron visitar la capital holandesa porque querían experimentar un café de cannabis.
La encuesta analizó las razones más populares para visitar Amsterdam, y buscó investigar “qué pasaría con la disposición de los turistas para viajar a la ciudad si la disponibilidad o accesibilidad de uno o más de estos factores se redujera o desapareciera”.
Amsterdam ha tratado de abordar cada vez más el exceso de turismo en los últimos años, ya que la famosa ciudad liberal se esfuerza por lidiar con un aumento en los visitantes y turistas que se comportan mal.
Cerca del 57% de los participantes respondió que los cafés donde se venden cannabis son una razón importantes para visitar la ciudad.
Mientras tanto, el 34% indicó que iría a Amsterdam con menos frecuencia si no pudieran visitar dichos cafés, y el 11% dijo que ni siquiera llegaría a la ciudad en ese caso.
En una carta enviada a los concejales antes de que se realizara la encuesta, en julio de 2019, Halsema sugirió que los cafés de cannabis pueden poner “bajo presión la calidad de vida en el centro de la ciudad”.
Transformando Amsterdam
La encuesta, realizada en agosto de 2019, consultó a 1.100 visitantes internacionales entre los 18 y 35 años que estaban visitando el Barrio Rojo, un área de Amsterdam que se ha convertido en el foco de las regulaciones turísticas más recientes de la ciudad.
Desde el 1 de abril de 2020 se implementarán nuevas medidas para regular los recorridos grupales en la zona, evitando que los visitantes lleguen a las ventanas de luz roja después de las 10 p.m. y se queden en “lugares sensibles a la presión”, como puentes estrechos o nuevas entradas.
Cualquier guía que infrinja las reglas podría enfrentar multas de 190 euros (unos 205 dólares).
La encuesta de la alcaldesa también preguntó a los visitantes si pagarían una tarifa de entrada para visitar las áreas de Wallen/Singel, el centro de la ciudad medieval que constituye el Barrio Rojo.
De ellos, el 32% indicó que dejaría de venir y el 44% dijo que visitaría con menos frecuencia.
Pero la encuesta de la alcaldesa sugiere que los cafés donde se vende cannabis en la ciudad tienen un atractivo mayor para los turistas internacionales que el propio Barrio Rojo.
Solo el 1% de los encuestados mencionó la prostitución de ventana como la razón principal de su visita.
Mientras que el 72% dijo que había visitado un café durante su estadía en Amsterdam.
Cómo controlar el turismo
La periodista Isabelle Gerretsen creció en Amsterdam, y ha visto de primera mano el impacto del turismo masivo en la ciudad.
“Es comprensible que los residentes de Amsterdam quieran preservar su hermoso centro histórico y también tener su vida cotidiana sin ser confrontados constantemente por turistas ruidosos”, le dijo a CNN Travel.
Buscar reducir el consumo turístico de cannabis es “lo más reciente en una serie de medidas destinadas a preservar el estatus de la ciudad como centro de cultura, en lugar de un parque temático para ‘turistas de marihuana’”, señaló. Gerretsen.
“Pero de todas las medidas, esa es la más arriesgada”, señaló. “Porque Amsterdam es conocida mundialmente por su política tolerante hacia las drogas blandas. Podría llevar a una disminución en el número de turistas”, completó.
Diferentes municipalidades en los Países Bajos tienen distintas reglas para estos cafés de venta de marihuana, y las discusiones sobre prohibirlos a todos menos a los residentes no son nuevas.
Esta discusión fue bastante acalorada en 2011 y 2012, con Amsterdam luchando contra la introducción propuesta de una regla solo para residentes en los cafés de marihuana de Países Bajos. Actualmente, esta regla existe en Maastricht, en el sur del país.
Para detallar la norma un poco confusa, comprar cannabis en un café es legal en los Países Bajos, pero producirlo sigue siendo ilegal.
La nueva encuesta de Amsterdam señala que excluir a los no residentes de los cafés que venden cannabis no necesariamente se traduce en una reducción de visitantes o una disminución en el consumo de la sustancia.
De los visitantes encuestados, el 29% dijo que recurrirían a otras rutas en busca de su dosis de drogas, haciendo que un residente les compre cannabis o, por ejemplo, a través del comercio callejero.
En una carta reciente a los concejales de la ciudad, que enumera los resultados de la encuesta, Halsema señaló que el gobierno local debería centrarse en “reducir la atracción del cannabis para los turistas” y hacer que el mercado de cannabis de Amsterdam sea más transparente.
El atractivo de la ciudad
Aún así, la encuesta turística de Amsterdam sugiere que la razón más común para visitar la ciudad no son los cafés de cannabis, ni el Barrio Rojo ni los variados museos y atracciones culturales: en realidad es el atractivo bastante saludable de caminar o andar en bicicleta por la ciudad.
El turista británico Allan Claydon, de 24 años, está de acuerdo con esta opinión, y dice que no cree que frenar la cultura de los cafés cambiaría el atractivo de Amsterdam para los visitantes.
“No creo que la prohibición del cannabis diezme el turismo”, le dijo a CNN Travel. “La ciudad también es conocida por su cultura y estética brillante”.