El Programa de Manejo Experimental de Pájaro Brujo, que ejecuta la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG), la Fundación Charles Darwin (FCD) y la Universidad de Viena, permitió que 12 nuevas aves se incorporen a la población que habita en el bosque de Scalesia pedunculata, en la parte alta de la isla Santa Cruz, en donde existían únicamente 15 parejas de esta icónica ave.
Estas 12 nuevas aves constituyen un verdadero éxito ya que, desde el inicio del programa en el 2018, se empezó a tener resultados, pero ninguno tan alentador como el de este año. En 2020 se obtuvieron seis crías; en 2021, ocho; y en 2022, 7 pequeños pájaros brujos, los que se convirtieron en juveniles y se integraron a la dinámica poblacional de esta especie en la zona.
“Estamos muy contentos con los logros alcanzados, los esfuerzos para conservar el pájaro brujo han dado resultados positivos. Cada pichón que nace es una nueva esperanza para salvar esta especie que está como vulnerable dentro de la lista roja de especies amenazadas”, señaló Danny Rueda, director del Parque Nacional Galápagos.
El Programa de Manejo Experimental consiste en establecer 6 parcelas o cuadrantes, de una hectárea cada una, en medio del hábitat natural del pájaro brujo, donde se realizan acciones de conservación especialmente relacionadas con el control de especies introducidas de plantas como la mora, a fin de que las aves puedan encontrar alimento en la superficie del suelo para satisfacer a los polluelos y sus propias necesidades; y de roedores para favorecer la reproducción de esta ave.
Además, durante la época de anidación, se aplica medidas de manejo para reducir o eliminar la presencia de la mosca vampiro aviar (Philornis downsi), de esta manera se evita que al nacer las crías sean infectadas por las larvas. Estas acciones brindan mayores oportunidades para que el pájaro brujo pueda prosperar en el bosque de escalesia.
Por su parte, Birgit Fessl, investigadora de la FCD, acotó que “esto implica un esfuerzo enorme por parte de muchas personas comprometidas con la conservación de la biodiversidad. Hay quienes, día tras día, se dedican a controlar las especies invasoras; mientras que otros rastrean las aves para localizar sus nidos y determinar el mejor método para protegerlas de las larvas de la mosca vampiro aviar.”