En una emotiva ceremonia marcada por estrictas medidas de bioseguridad determinadas por la pandemia del Covid-19, se ha posesionado el presidente Joe Biden al mando de la mayor democracia del mundo, los Estados Unidos de América. En calidad del cuadragésimo sexto presidente, Joe Biden ha emitido un discurso emotivo en que se ha referido a sus compatriotas con términos como “seguridad”, “oportunidad”, “respeto”, “honor”, “verdad”, y ha dejado claro que su sistema político ha salido fortalecido y ha aprendido de los acontecimientos recientes que han conmovido al país.
Biden ha dado las gracias a sus compatriotas, ha señalado a este 20 de enero de 2021 como el “Día de la democracia”, como el “Día de América” y ha recordado al mundo que el sistema democrático es un baluarte que debe ser resguardado y protegido. A la elegante ceremonia poblada de banderas han asistido los ex presidentes Obama y Clinton entre los demócratas, y el ex presidente Bush de los republicanos, entre varias personalidades de una y otra tendencia cuya presencia en esta ocasión, más que en ninguna otra, ha destacado la necesidad de unidad de los Estados Unidos en un momento en que distintas fuerzas parecen fracturar a su sociedad y su medio político.
Después de los estremecedores acontecimientos vividos apenas hace días, en que manifestantes afines al ex presidente Donald Trump se tomaron el edificio del Capitolio el día de la proclamación de los resultados por parte del Congreso americano, parecía evidenciarse que la democracia americana entraba, si bien no en su ocaso, en una peligrosa recta definida por la intolerancia, la división y la sombra del populismo. Ante la vorágine, Trump se vio obligado a admitir su derrota y ahora es procesado en un impeachment inédito que se sigue a un presidente que ha terminado su mandato. El fin es dejarlo de lado en el futuro para contiendas presidenciales.
En su salida, Trump se ha referido al momento como el del inicio de un movimiento que continuará con sus acciones, lo que advierte que el partido republicano puede vivir una de sus encrucijadas mayores desde su surgimiento a fines del siglo XIX cuando la figura de Lincoln actuó como la unificadora de un territorio minado, el de las fuerzas conservadoras que confluirían en la formación del partido Republicano. Más de cien años después, los republicanos se enfrentan a su mayor desafío moderno entre fuerzas internas que han sido recogidas por la corriente trumpista y abogan por políticas nacionalistas, excluyentes, racistas y discriminatorias. De otro lado, dentro del mismo partido Republicano, los conservadores, tradicionalmente aperturistas y partidarios de libertades, están a la espera de ganar e imponerse en este juego, so pena de una posible división.
En el partido varias voces importantes decidieron dejar solo a Trump ante la situación de revuelta desatada pero con el tiempo se verá si los trumpistas ganan terreno en función del respaldo que puedan tener y si sus intereses resultan convenientes para el partido. Entretanto, hoy en Washington la nueva guardia de los demócratas ha tomado el mando con una vicepresidenta carismática y de ideas progresistas, Kamala Harris, a quien se ha visto muy emocionada en la ceremonia.
Lady Gaga y Jenniffer López cantaron en la ceremonia de posesión, en el caso de López una versión de “This Land Is Your Land” y Lady Gaga con “The Star Spangled Banner”. “Hemos llegado muy lejos, y aún tenemos mucho hacia donde ir”, “esta es una gran nación, de buena gente”, ha dicho Biden y con su discurso parece ratificarse lo que siempre hemos sabido, al menos desde hace 150 años: que la capacidad de reabsorción y recuperación de la democracia estadounidense es enorme. ¿Lo será de nuevo en la era del coronavirus?