El actor, sex symbol, bailarín, piloto, cienciólogo, e indiscutible ídolo de Hollywood, nació el 18 de febrero de 1954. Su vida es tan variada, pero también misteriosa y triste, como algunas de sus creaciones
Con su personaje de Tony Manero en Fiebre de sábado por la noche, John Travolta se convirtió en un ídolo mundial.
En los 80 su carrera se estancó, pero cuando parecía que no se sabría nada más de él, resurgió en los 90 para consolidarse como una de las grandes estrellas de Hollywood.
Desde entonces su fama trasciende fronteras y los rumores sobre su vida privada, también.
Su madre, su gran mentora
John Travolta es el menor de los seis hijos de Salvatore y Helen Travolta.
Su padre era un ex jugador de fútbol americano propietario de un local de venta de neumáticos.
Su mamá había sido actriz y daba clases de actuación. La familia se completaba con Margaret, Ellen, Annie, Joey y Sammy.
Desde pequeños, los chicos solían representar obras de teatro en su casa.
En el patio, Salvatore construyó un miniescenario con telón donde los chicos se divertían actuando bajo la dirección de su mamá.
Pero lo que parecía ser un pasatiempo se transformó en vocación para el menor.
De actuar en las obras familiares pasó a roles principales en las obras escolares.
Lejos de desalentar su gusto por la actuación, su madre lo incentivó e incluso hizo algo que no aconsejaría casi ningún “manual de madre”: le sugirió que abandonara los estudios.
“Me ayudó a liberarme. Me aconsejó que dejase la escuela a los 16 años para dedicarme a la interpretación. Siempre estábamos preparando obras en el sótano, desde que tenía cinco años”, contó en una entrevista en The Sun, y agregó: “Me enseñó a afrontar el cambio, a ser un eterno optimista, e inspiró mi amor por la interpretación”.
Pero Helen no solo fue clave en su amor por la interpretación, sino también en la pasión que desarrollaría por los aviones.
Su madre siempre le decía que “podría llegar a ir a esa velocidad y recorrer grandes distancias”.
Quizá por eso, a los 16 años le pagaron sus primeras clases de vuelo.
Fanático de los aviones
Es conocido su amor por la aviación, tanto que a su primogénito lo bautizó Jett.
Travolta cuenta con licencia de piloto comercial y habilitaciones para pilotear diversos jets.
Dice que los mejores momentos de su vida son cuando pilotea. En vez de comprar un piso en el sector más caro de Nueva York, él construyó una casa en Jumbolair, un barrio privado superexclusivo de Florida donde cada habitante cuenta con hangar propio.
Pero como si fuera poco, la propiedad de Travolta posee dos pistas, lo que le permite salir de su casa, caminar unos metros y subirse a alguna de sus aeronaves.
Su pasión comenzó en la infancia y siguió en la juventud, con su primer gran sueldo como actor no se compró un coche sino un aircoupe, un monoplaza.
El protagonista de Grease posee casi una minicompañía de aviación, ya que es el dueño de cinco.
El más impresionante es un Boeing 707 de Qantas, además de un avión corporativo llamado Gulfstream, otro más pequeño, Eclipse, y un avión de combate que utiliza “para divertirse”.
Así lo contó en una entrevista con Susana Giménez.
Diana Hyland, un amor sin edad y con un triste final
Se conocieron filmando el dramón televisivo El chico de la burbuja de plástico. Ella había cumplido los 40 y él tenía casi la mitad, 22.
Pero la edad no fue una barrera y se enamoraron. “Nunca estuve más enamorado de nadie en mi vida.
Desde el momento en que la conocí me sentí atraído. Éramos como dos maníacos hablando todo el tiempo en el set de Bubble.
Después de un mes se volvió romántico”, contó el actor, y agregó:
“Me divierto más con Diana que con nadie en mi vida. Y lo extraño es que antes de que nos conociéramos pensaba que nunca tendría una relación exitosa. Ella me dijo que pensaba lo mismo. Entonces, bam, nos encontramos y nos enamoramos”.
Pero a la pareja no solo le había llegado el amor, también muy buenos proyectos laborales.
A ella le ofrecieron un protagónico en la serie Con ocho basta, y a él, encarnar a Tony Manero en la película Fiebre de sábado por la noche. Mientras filmaba, Diana lo llamó para avisarle que no se sentía bien y que iría al médico.
Lo que parecía solo una gripe fuerte se transformó en un diagnóstico desolador: cáncer de mama, el tratamiento, una mastectomía urgente.
John abandonó sin dudar la filmación para cuidarla, pero la enfermedad estaba muy avanzada. Diana falleció el 27 de marzo de 1977. Travolta quedó acribillado de pena.
“Estaba devastado no solo por la pérdida. Siempre sintió que tenía el control de su vida, pero la muerte de Diana le demostró que a veces no podemos hacer nada para cambiar el destino”, recordó una de sus hermanas.
Kelly Preston, la esposa que soporta todas las tormentas
Se conocieron en 1987, durante el casting de Los expertos. Kelly estaba casada pero en crisis con su marido, al ver a Travolta el impacto fue evidente.
Al tiempo Kelly se separó y vivió un breve romance con George Clooney y otro con Charlie Sheen.
Pero en un evento se reencontró con Travolta y volvió la pasión. Luego de unos meses de novios se casaron en el Hotel Crillon de París, el 5 de septiembre de 1991.
Con 29 años de matrimonio, Kelly asegura que sigue enamorada de su esposo.
“Hay demasiadas cosas maravillosas sobre él. Sus labios, la forma como baila, lo divertido que es, cómo se ríe. Bailamos todo el tiempo, y a los niños les gusta bailar con nosotros. Es algo que nos encanta”.
Y eso que la pareja atravesó el dolor más fuerte: la muerte de su hijo Jett.
Cuando cumplió dos años descubrieron que padecía la enfermedad de Kawasaki, un síndrome que causa la inflamación de los vasos sanguíneos de todo el cuerpo.
En 2009, Jett, que había cumplido 16 años, sufrió un ataque de epilepsia mientras se bañaba, se golpeó la cabeza y quedó inconsciente.
Los médicos no pudieron reanimarlo. Tras su muerte, Travolta y Preston fundaron la Jett Travolta Foundation, una organización benéfica para ayudar a chicos con necesidades especiales.
“Creo que los dos intentamos llevar el dolor lo mejor que pudimos. Fue un momento en el que era muy difícil mirarnos el uno al otro, pero la fuerza de nuestra relación nos ayudó”, reconoció Kelly en ese momento.