Nintendo no hace magia. Encuentra las ideas adecuadas, las explota en su justa medida para que nunca se hagan pesadas, ofrece el ritmo exacto de novedades para que siempre encuentres algo capaz de sorprenderte y, sobre todo, envuelve todo eso en un aspecto entrañable.
Tan de maqueta o juguete que te gustaría poderlo tocar. No es magia, pero se le parece mucho.
Luigi’s Mansion 3 entra en ese grupo selecto de juegos que nunca podrán ser completamente apreciados a través de vídeos o imágenes. Uno de esos formidables inventos que, como Kirby y el Pincel Arcoíris, Captain Toad o Yoshi’s Crafted World antes que él, consigue convertir algo virtual en una experiencia casi palpable.
La redención de Luigi’s Mansion
La primera entrega para GameCube siempre me pareció un juego soberbio. Una obra que, como a su protagonista, se le había dado un papel de segundona tremendamente injusta.
La segunda parte no ayudó a cambiar las tornas, llegando a 3DS en vez de aprovechar el potencial de Wii U e intentar otra incursión como juego “grande”.
Su redención, por suerte, es la llegada de Luigi’s Mansion 3 a Nintendo Switch, gozando así de la consola con gran potencial de ventas que se perdió el primero y la potencia para exprimir la idea a nivel visual que no tuvo el segundo.
La oportunidad perfecta para gritar a los cuatro vientos hasta qué punto lo que hay en esta saga da para mucho más que culto y nostalgia.
Da para magia, aunque sea en sentido figurado. Para plantarte ante algo capaz de robarle una sonrisa a toda la familia -y al que sea que pase por allí sin importar su edad- y hacerte repetir mentalmente en todo momento un “qué pasada” que sólo flaquea en un par de ocasiones en toda la aventura.
Para el que quiera llegar sabiendo lo justo y habiendo visto lo mínimo, yo pararía aquí, sin leer o ver nada más para que todo lo que capten tus retinas sean sorpresas.
¿Quieres saber si realmente merece la pena? Es un juegazo imprescindible y uno de los mejores juegos que han caído en Switch. Pero si quieres conocer más sobre él, esto es lo que Luigi’s Mansion 3 nos tiene preparados.
Los fantasmas atacan al jefe
Con una secuencia introductoria que se toma su tiempo para invitarte a conocer los personajes, el escenario y la forma de moverte por él, Luigi’s Mansion 3 nos traslada hasta un curioso hotel colocado donde Cristo perdió la alpargata gracias a un sospechoso premio ganado por el fontanero vestido de verde.
Lo que prometen ser unas relajantes vacaciones en familia le duran a Luigi un suspiro. El tiempo justo para que su hermano y amigos sean secuestrados y encerrados en cuadros a la espera de que él, salvado por su propio miedo y torpeza, sean capaces de darle la vuelta a la situación.
Armado con su peculiar aspiradora, deberá ir completando cada planta del hotel encantado para conseguir el botón del ascensor que le permita acceder a otro nivel.
Un recorrido de lo más variopinto y original en el que cada piso invita a la exploración, la experimentación con el entorno y a sucumbir a su siempre entretenida retahíla de facilones combates contra fantasmas que siempre derivan en un jefe final con algo más de chicha.
Como suele ser habitual, en esos últimos es donde Luigi’s Mansion 3 saca la maestría a pasear, ofreciendo puzles memorables en los que atacar directamente al bicho en cuestión nunca será la mejor opción. Sería fácil caer en que esos combates son lo más inspirado de todo el juego de no ser porque, afortunadamente, todo lo que rodea a cada piso del hotel sigue una estructura similar.
Aspiradora y hotel, los grandes protagonistas
Lo que diferencia a Nintendo de otras compañías es todo el juego que son capaces de sacarle a una idea.
La del aspirador, por poner el ejemplo más claro, es sólo la punta de un iceberg al que lo de atrapar fantasmas se le queda pequeño ya desde el principio.
No es que la acción de ir en plan Cazafantasmas no sea divertida, que efectivamente lo es, es que manipular el entorno del hotel es igual o más satisfactorio.
Ver cómo recoges montones de billetes de una estantería y poco a poco son absorbidos es una auténtica gozada. Juguetear con el poder succionador o de expulsión de aire lo es más aún.
Utilizar el aspirador por todos lados nunca es una necesidad vital para continuar, y sí, puede que encuentres alguno de los objetos secretos que están escondidos por cada piso o te hagas con monedas y billetes que podrás intercambiar por vidas o pistas, pero el mero hecho de ver cómo todo reacciona a la singular arma de Luigi es gran parte de la gracia del juego.
Una mesa de billar en la que colar las bolas, una pared de papel que esconde una sala secreta, un molinillo que gira abriendo una puerta que no sabías que estaba ahí, un montículo de arena que puedes mover de aquí para allí para alcanzar una plataforma previamente inaccesible…
Las posibilidades son enormes, y más allá de la aventura, el ir descubriendo todo lo que esconde cada recóndita habitación es gran parte del atractivo del juego.
Las armas de Luigi Cazafantasmas
A la aspiradora pronto se suman otras armas como la linterna, que activa varios mecanismos y permite desvelar objetos escondidos, el propulsor, un golpe de aire que eleva a Luigi para evitar peligros o desmantelar objetos y fantasmas, el gancho, una ventosa que puedes enganchar a objetos para luego absorberlos y manipularlos, o la gran novedad de esta entrega, el curioso GomaLuigi.

Una copia del fontanero versión blandiblú que sirve a su vez como herramienta para solucionar puzles o como personaje secundario si hay otro jugador a los mandos.
Atravesar rejas, colarse por tuberías o ayudarte con una segunda aspiradora capaz de crear corrientes de aire aún más grandes es parte del trabajo de un personaje cuya única debilidad está en el agua.
Apañártelas para llevarlo de aquí para allá y evitar el contacto con líquidos es parte del reto en ciertos momentos, siendo muy fácil cambiar entre un personaje y otro, incluso cuando tienes que mantener a ambos aspirando una zona o debes combinar sus acciones para acabar con un jefe.
La idea funciona a las mil maravillas y añade otro punto más de profundidad y estrategia a todos los retos que se van presentando.
Nunca roba el protagonismo al personaje principal y acaba siendo más anecdótico de lo que podría parecer por las imágenes promocionales del juego, pero se agradece enormemente el girito que propone el hecho de tener que controlar a dos personajes a la vez.
Las armas de Luigi Cazafantasmas
A la aspiradora pronto se suman otras armas como la linterna, que activa varios mecanismos y permite desvelar objetos escondidos, el propulsor, un golpe de aire que eleva a Luigi para evitar peligros o desmantelar objetos y fantasmas, el gancho, una ventosa que puedes enganchar a objetos para luego absorberlos y manipularlos, o la gran novedad de esta entrega, el curioso GomaLuigi.

Una copia del fontanero versión blandiblú que sirve a su vez como herramienta para solucionar puzles o como personaje secundario si hay otro jugador a los mandos.
Atravesar rejas, colarse por tuberías o ayudarte con una segunda aspiradora capaz de crear corrientes de aire aún más grandes es parte del trabajo de un personaje cuya única debilidad está en el agua.
Apañártelas para llevarlo de aquí para allá y evitar el contacto con líquidos es parte del reto en ciertos momentos, siendo muy fácil cambiar entre un personaje y otro, incluso cuando tienes que mantener a ambos aspirando una zona o debes combinar sus acciones para acabar con un jefe.
La idea funciona a las mil maravillas y añade otro punto más de profundidad y estrategia a todos los retos que se van presentando.
Nunca roba el protagonismo al personaje principal y acaba siendo más anecdótico de lo que podría parecer por las imágenes promocionales del juego, pero se agradece enormemente el girito que propone el hecho de tener que controlar a dos personajes a la vez.
Vida Extra