El primer caso de Covid19 se registró en Ecuador el 29 de febrero de 2020. El anuncio lo hizo la entonces ministra de salud, Catalina Andramuño, desde el ECU 911 de Guayaquil, en una rueda de prensa junto a otras autoridades y periodistas. Días después, el 11 de marzo, el presidente Lenín Moreno anunció que el Ecuador entraba en Estado de Emergencia.
El Estado de Emergencia hizo que se dictaran algunas restricciones para evitar el contagio, como la prohibición de agruparse masivamente en un mismo espacio. Esta medida no solo era de obligatorio cumplimiento para la ciudadanía, también lo era para periodistas que, a partir del 16 de marzo, tuvieron que adaptarse a ruedas de prensa virtuales. Las ruedas de prensa virtuales buscaban evitar el contagio de periodistas, camarógrafos, fotógrafos, autoridades y voceros; y ser un espacio donde se respondieran las preguntas sobre la Emergencia Sanitaria; aunque, varios periodistas han expresado en varios comunicados que en este mecanismo sus preguntas no siempre son respondidas o cuando se lo hace la respuesta es insuficiente.
El día que la exministra de Salud, Catalina Andramuño, renunció; también lo hizo Andrés Madero –entonces ministro de Trabajo–. Madero renunció a la cartera de Estado, porque estaba contagiado con COVID-19 y quería priorizar su salud. En el chat de prensa de la Secretaría General de Comunicación varios periodistas –antes de que se hiciera oficial el anuncio– preguntaron si era verdad que la renuncia de Madero se debía al contagio.
La pregunta de los periodistas no era porque querían tener la “primicia”, sino porque días antes habían estado con el ministro en varias ruedas de prensa y querían saber si era necesario tomar medidas de aislamiento. Finalmente el rumor se hizo público y los periodistas tuvieron que enterarse por otros canales, porque ningún funcionario, en ese chat, les respondió.
Gladys Rivadeneira, periodista de El Universo, estuvo en contacto con el exministro en varias ruedas de prensa, por lo que llamó al 171, línea habilitada por el Ministerio de Salud Pública (MSP), para solicitar la prueba de diagnóstico; sin embargo le recomendaron aislarse y llamar nuevamente “si ya no puede respirar”.
Algo similar le sucedió a María Cecilia Largacha, periodista guayaquileña del canal de televisión Ecuavisa. Ella y sus compañeros del canal estuvieron expuestos al virus el 16 de marzo, algo que se enteraron cinco días después, cuando la persona a la que entrevistaron falleció por COVID-19. Inmediatamente el equipo periodístico se puso en aislamiento y solicitaron al Ministerio de Salud que se les realizaran las pruebas para confirmar o descartar el virus. Pese a los llamados, el MSP no se las practicó, por lo que decidieron contactar con laboratorios privados habilitados; pero tampoco recibieron respuesta. Todo esto la periodista lo denunció en su cuenta de twitter, y ante esta denuncia, el Ministerio de Salud respondió. María Cecilia Largacha y uno de sus dos compañeros lograron practicarse la prueba el 24 de marzo, mientras el camarógrafo Tito Mite –que presentaba fiebre para ese entonces– pudo acceder a la prueba recién el 26 de marzo. María Cecilia, anunció en su cuenta de twitter que recién el 11 de abril – diecinueve días después– le dieron la respuesta de que tenía positivo para COVID-19.
Olmedo Méndez Tacuri, reportero de Radio Universal Guayaquil, es uno de los periodistas que, según fuentes cercanas, se habría contagiado con COVID-19 en una rueda de prensa. Según una publicación de Fundamedios, Olmedo Méndez presentó síntomas por varios días, por eso fue al Hospital Mariana de Jesús en el suburbio de Guayaquil y le recetaron paracetamol. Méndez pudo someterse a la prueba el 24 de marzo, pero ya era tarde, falleció el 25 de marzo.
El 27 de marzo también falleció Víctor Hugo Peña, coordinador de noticias del canal Ecuavisa Guayaquil. Peña empezó a sentir síntomas por lo que fue trasladado al Hospital del Guasmo, allí le habrían dicho que su cuadro no era grave, por lo que no le practicaron la prueba y falleció en su casa.
Manuel Adolfo Varas, periodistas y comentarista deportivo de Radio Caravana, falleció en una clínica de Guayaquil el 30 de marzo con síntomas de COVID-19. Varas fue internado el 27 de marzo y le realizaron una tomografía que reveló una neumonía, un día antes de fallecer se había sometido a la prueba, pero al momento de su deceso esos resultados eran desconocidos.
Paúl Tobar, coordinador de noticias de Canal Uno, falleció el 02 de abril en Guayaquil a causa de un paro respiratorio. Tobar había estado internado en un hospital porque presentaba síntomas, sin embargo hasta el momento de su deceso no se confirmó si tenía COVID-19. Hasta el mediodía del 5 de abril, el cuerpo de Paúl Tobar no había podido ser retirado del Hospital Teodoro Maldonado.
Luis Alberto Flores, periodista y locutor de Radio Estrella, falleció el 8 de abril y Roberto Ramón, periodistas de WQ Radio, falleció el 9 de abril. Ambos tenían síntomas de COVID-19.
Trabajadores de la comunicación también han fallecido, como es el caso de Carlos Loor, tramoyista y asistente de servicios generales de Canal Uno, él falleció a fines de marzo con síntomas de COVID-19, pero no accedió a la prueba. Omar Paredes, conductor de los diarios Extra y Expreso, falleció el 6 de abril. Paredes habría experimentado síntomas de COVID-19, pero pese a la atención médica falleció.
Al momento no existen datos precisos de cuántos periodistas y trabajadores de la comunicación están enfermos. En un comunicado emitido y firmado por varios colectivos, periodistas y trabajadores de la comunicación, se establece que hasta el 12 de abril se registraban al menos 9 fallecimientos, alrededor de 16 contagios y 18 personas en aislamiento; y la mayoría habían tenido dificultad para realizarse las pruebas.