Todo empezó en 1985, cuando Waters se marchaba de malas maneras de Floyd y exigía a sus colegas que no continuaran la actividad del grupo, algo a lo que por supuesto se negaron, como es sabido, y comenzó un auténtico culebrón de procesos judiciales, demandas cruzadas y reproches casi eternos, salvo en los últimos tiempos, cuando llegó una tregua, que no la paz definitiva, que hubiera pasado por la reunión del grupo.
Waters, Mason y Gilmour tiraron de los medios para lanzarse sus dardos, a modo de reproches que se tenían guardados desde hace tiempo.
Waters no dudó en menospreciar la calidad profesional de sus excompañeros, diciendo por ejemplo que el batería Nick Mason no sabía tocar y que muchas veces se equivocaba y no sabía mantener el ritmo y el tempo de la canción.
Del excelente guitarrista también dijo cosas: consideraba que Gilmour carecía de talento y que no tenía ideas propias, y que sólo era un buen guitarrista: “Con David no tengo nada en común. Nada. Ni filosófica, ni musical, ni política, ni emocionalmente”, le reprochó.
Antes había despedido a Rick Wright como teclista, por lo que pudo ahorrarse calificativos.
El pique continuó y le recogió el guante Gilmour, quien dijo del creador principal de la banda: “Roger es un pobre imbécil”.
“Así que le pusieron bolas a mi cerdo. Que se vayan a cagar”, dijo en otra ocasión Waters al saber que la banda sorteaba la legalidad sobre su cerdo volador de ‘Animals’.
El bajista había registrado como marca propia el diseño del cerdo volador y sus compañeros de Floyd fueron tan listos que crearon un nuevo animal pero macho, con sus genitales colgando, con lo que ya Waters no podía recurrir a sus derechos de autor porque no era la misma criatura.
Con los años llegó cierta calma…
Lógicamente el tiempo pasó y con los años recobraron su cordura y las formas.
Es cierto que, mientras tanto, siguieron los litigios por hacerse con los derechos de Pink Floyd, la imagen de las giras y la interpretación de algunos temas y discos.
La realidad es que ninguno en solitario consiguió el éxito que todos juntos disfrutaron como banda.
Waters hizo buenos álbumes en solitario como ‘The Pros and Cons of Hitch Hiking’ (1984) y sobre todo ‘Amused to Death’ (1992), pero después se limitó a repetirse con revisiones y giras de material de Pink Floyd.
De hecho, lleva años girando con la música de ‘The Wall’, ‘Animals’ y ‘The Dark Side of the Moon’, las obras más populares del grupo.
Por su parte, Wright, Mason y Gilmour hicieron buenos discos pero sin saborear la gloria.
El teclista brilló con ‘Broken China’ (1996) pero apenas hizo trabajos en solitario. Tampoco fue prolífico Gilmour, que en total tiene 4 discos: ‘David Gilmour’ (1978), ‘About Face’ (1984), ‘On an Island’ (2006) y ‘Rattle That Lock’ (2015).
Los 2 primeros fueron los más aplaudidos. El batería ha sido el que menos ha creado fuera de Floyd y actualmente gira con su propia formación, ‘Saucerful of Secrets’, donde interpreta material de los primeros años de Floyd, en la etapa de Syd Barrett.
En 2005, dando lugar a una escena histórica, los 4 se reunieron puntualmente para el corto concierto del festival benéfico ‘Live 8’.
Aparcaron sus diferencias unas horas pera luego verse en 3 ocasiones más:
– Waters y Gilmour en otro show benéfico, a favor de los refugiados palestinos (2010) - Waters, Mason y Gilmour: los 2 últimos hicieron una pequeña aparición en un concierto del primero en Londres durante la gira ‘The Wall’ (2011) - Waters y Mason: el bajista apareció brevemente en un show de Saucerful of Secrets tocando el gong (2019)