El estreno reciente de la segunda temporada de la serie “You” en Netflix nos sigue mostrando los matices de la masculinidad tóxica y la idea del amor romántico como excusa hasta para matar.
En la segunda temporada de “You”, Joe Goldberg, su protagonista, sigue diciendo que busca el amor y el Amor lo encuentra.
Amor (o Love) es el nombre de su nueva fijación, una chica de familia adinerada que trabaja como chef en Los Ángeles, California.
Luego del desenlace fatal y caótico que vivió en Nueva York en la primera temporada de la serie, Joe decide mudarse al otro extremo de Estados Unidos para comenzar una nueva vida y con ese fin decide cambiarse de nombre: Will Bettelheim.
“Esta vez no dejaré que la situación se arruine”, se dice a sí mismo, esperando que todo salga diferente aunque sabe que cometerá los mismos errores. Nunca ha dejado de ser Joe.
Joe es un tipo encantador, inteligente y calculador. Ama los libros y odia las redes sociales y los cultos a la vida hippie chic que tanto se ensalza en la nueva ciudad que lo acoge.
Físicamente, es un chico sencillo, que se puede perder fácilmente entre los peculiares y estrambóticos personajes de Los Ángeles.
Esa es su principal herramienta para pasar desapercibido y le sirve para seguir en secreto los pasos de Love, esa nueva obsesión. Love, desinhibida y directa, lo confronta desde el primer momento.
-“¿Me estás persiguiendo?”, le dice a un Joe que se ve descubierto.
– “Sí. Al inicio no, pero sí. Disculpa si fui desagradable”.
– “No”, le responde Love, con una sonrisa.
Aunque Joe se repite a sí mismo que no caerá, el destino estaba escrito. Una nueva historia tóxica había comenzado.
ALERTA DE SPOILER.
Joe también es un chico que detesta perder el control y le teme terriblemente al abandono.
La segunda temporada de “You” explora el origen de esas manías y del comportamiento enfermizo que lo lleva a idealizar y acechar a toda mujer que pueda calzar con la idea que tiene de amor.
A través de flashbacks, se ve a un Joe niño que ha matado a su padre, un hombre cargado de celos enfermizos, que golpeaba a su madre y que apagaba la colilla del cigarro en sus pequeños brazos.
“¡¿Por qué no me amas como yo quiero?!”, le grita su padre a su madre en un recuerdo. Joe adulto tiene pesadillas constantes con su niñez, con cómo su madre buscaba otros amantes para escapar de ese infierno y como al final, luego de matar a su padre, fue llevado a una especie de correccional de menores.
También piensa constantemente en Beck, su ex pareja en Nueva York a la que asesinó.
Joe, que piensa que matar a su padre para defender a su madre fue el primer acto de moralidad que realizó, no se fastidia por el resto de asesinatos que cometió para estar con Beck.
El asesinato de Beck sí lo atormenta porque es la única muerte que identifica como un error.
Algo que se salió de control, pero que, sin embargo hizo “en nombre del amor”, una frase que repite como mantra a lo largo de las dos temporadas.
El Comercio de Perú muestra la trama. La historia parece clara, Joe es un hombre enfermo y un asesino. Sin embargo, lo que Joe representa va más allá de la etiqueta de psicópata. En la peor versión del amor romántico, esa que vemos a diario en titulares de las noticias policiales, él piensa que amar es poseer.
No puede concebir vivir sin la persona “amada”. Siente que si no sabe dónde está esa persona y si no le debe obediencia y subordinación, la cosas no pueden estar en orden.
Su padre lo dijo claro: necesita tener a alguien que lo quiera como él quiere. El meollo del problema es que, ni siquiera consiguiendo eso, Joe quedará tranquilo.
Cuando en el penúltimo capítulo de la temporada descubrimos que Love también mata a otros con la excusa de proteger a los suyos, pareciera que, en la cima del amor tóxico, se han encontrado dos almas gemelas.
Sin embargo, Joe cierra esta temporada acechando a una nueva mujer, la vecina de la casa a la que ha ido a vivir con Love.
“Personas como Joe no pueden recibir lo que quieren, porque buscan algo imposible”, dijo hace poco Penn Badgley, quien lo interpreta en la serie. Lo que busca es un control inalcanzable, que se disfraza en código de amar.
“Joe representa todas esas prácticas poco sanas que hemos normalizado en nuestra culturas”, agregó.
Tan normalizadas están que las primeras reacciones de los fans cuando se estrenó la serie fueron de cariño y deseo al personaje, de casi hacerle barra para que nadie lo descubra.
Pero la realidad es que personas como Joe deben ser castigadas. Y si continúan libres o vivas, lo primero que necesitan es terapia.