La mayoría de nosotros hemos escuchado o utilizado un iPod, el reproductor con el cual podías guardar más de 1000 canciones que escuchabas en tus viajes, cuando caminabas o simplemente mientras disfrutabas de la tarde en tu cuarto. Este pequeño objeto, que entraba fácilmente en los bolsillos de tu jean, vino a este mundo un 2001 en la conferencia de Apple Music Events de la mano del fallecido Steve Jobs. Fue una revolución total.
El pasado martes, Greg Joswiak, vicepresidente de Marketing de Apple, dijo las palabras que muchos de nosotros nunca quisimos escuchar: “El iPod ha cautivado a usuarios de todo el mundo que adoran la posibilidad de llevar la música consigo donde quiera que vayan. La música siempre ha sido parte central de Apple, lamentamos profundamente informar que el iPod dejará de fabricarse desde este año y que la función de música estará siempre presente en nuestros nuevos equipos”. Y a pesar de que Apple continúa y continuará desarrollando nuevos productos, esta es una pérdida que provoca un encuentro de sentimientos.
Desde la llegada del iPod, este fue todo un éxito hasta finales del 2014, año cuando este dio paso al que sería el hijo consentido de la marca: el iPhone. Esto no solo abrió las puertas a llevar la música que quisiéramos sino a que podríamos acceder a todo un universo a través del iTunes Store.
El último modelo de iPod que fue lanzado fue el iPod Touch en 2019. Con un precio de $200 y una capacidad entre 32 y 128 gigas, este pequeño dispositivo cautivaba. De hecho, no es extraño encontrar que algunos de nosotros aún lo conservamos.
Esta semana el iPod no ha muerto. Esta semana fue inmortalizado.